12 junio 2015

Chequeos hormonales: ¿cuándo se deben realizar?

Las hormonas son mensajeros químicos que fabrica nuestro organismo en las glándulas endócrinas. Desde allí viajan por la sangre para llegar a los distintos tejidos donde cumplen su función, regulando distintos procesos como el crecimiento y desarrollo, el metabolismo, la función sexual y reproductiva, y el estado de ánimo.
El exceso o el déficit de determinada hormona puede asociarse a distintos procesos fisiológicos o a trastornos patológicos, que pueden establecerse mediante pruebas de laboratorio en sangre, orina o saliva, luego de una evaluación médica.
Existen muchas hormonas en nuestro organismo que cumplen múltiples funciones, todas fundamentales en la regulación de distintos procesos. El exceso o déficit de alguna de ellas, provoca síntomas que deben tenerse en cuenta para realizarse un chequeo. El Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM) nombra a algunas de las hormonas, junto con los síntomas de su exceso o déficit:
.- Hormonas tiroideas: son fabricadas por la glándula tiroides, desde donde son liberadas a la circulación sanguínea para ser transportadas a todas las células del cuerpo. Su función es controlar la forma en que el cuerpo utiliza y almacena energía, lo cual también se conoce con el nombre de metabolismo.
Hablamos de hipotiroidismo cuando hay un déficit de hormonas tiroideas y de hipertiroidismo cuando hay un exceso de las mismas. Es necesario realizar una evaluación de la función tiroidea en caso de sospechar que se padece alguna de estas enfermedades, y también si estamos en presencia de factores de riesgo para enfermedad tiroidea.
* Síntomas de déficit de hormonas tiroideas (hipotiroidismo)
. Ganancia de peso
. Caída del cabello
. Cansancio
. Irregularidades menstruales
. Dificultad para concentrarse
. Depresión
. Constipación
. Bocio (agrandamiento tiroideo)
. Piel seca
. Intolerancia al frío
* Síntomas de exceso de hormonas tiroideas (hipertiroidismo)
. Pérdida de peso
. Caída del cabello
. Palpitaciones, taquicardia, hipertensión arterial
. Irregularidades menstruales
. Nerviosismo, irritabilidad, temblor
. Debilidad muscular
. Aumento del tránsito intestinal
. Bocio
. Sudoración excesiva
. Intolerancia al calor
* Factores de riesgo de enfermedades tiroideas
. Historia personal de haber padecido algún trastorno tiroideo en forma previa
. Síntomas o signos clínicos de disfunción tiroidea (hipo o hipertiroidismo)
. Antecedente familiar de enfermedad tiroidea
. Presencia de bocio o nódulos tiroideos
. Padecer alguna enfermedad autoinmune (por ejemplo vitiligo, enfermedad celíaca, diabetes mellitus tipo 1, enfermedades reumatológicas, etc.)
. Haber recibido radioterapia de cabeza o cuello como tratamiento de distintos tumores
. Cirugía previa de tiroides
. Uso de medicamentos como Litio, Amiodarona, Interferon
. Mujeres mayores a 50 años
. Pacientes añosos.
Además, se recomienda evaluar la función tiroidea en mujeres que buscan embarazo o se encuentran embarazadas si presentan alguno de los factores de riesgo u otro de los siguientes:  
. Mayores de 30 años de edad.
. Mujeres con infertilidad o que tuvieron un parto prematuro o aborto involuntario.
. Mujeres en tratamiento de reemplazo con hormona tiroidea.
. Mujeres que viven en una región con deficiencia de yodo.
* Prolactina
La prolactina es una hormona segregada por la hipófisis cuya función es estimular el desarrollo mamario y la producción de leche en las mujeres. No existe una función normal conocida de la prolactina en los hombres.
Los signos y síntomas relacionados con el exceso de prolactina pueden ser:
. Ciclos menstruales irregulares o ausentes (amenorrea)
. Infertilidad
. Producción de leche en las mamas que no tiene relación con un parto (llamada galactorrea) tanto en hombres como en mujeres
. Disminución del deseo sexual (libido) en hombres y mujeres
. Impotencia, eyaculación precoz, disfunción eréctil
* Hormonas sexuales: son producidas por las gónadas (ovarios en la mujer y testículos en el hombre), por las glándulas suprarrenales y por tejidos periféricos (tejido graso y piel). Las principales hormonas femeninas son los estrógenos y progesterona, y las masculinas los andrógenos, siendo la testosterona el andrógeno más importante. En ambos sexos están presentes estrógenos y andrógenos, pero en distintas concentraciones.
En el hombre, se evalúa el eje gonadal masculino cuando hay signos y síntomas de déficit de testosterona. Estos pueden presentarse como impotencia, disfunción eréctil,  disminución de la libido, esterilidad, disminución de la densidad mineral ósea, disminución de la masa magra con pérdida de la fuerza muscular y aumento de la grasa visceral, disminución del vello corporal, ginecomastia (desarrollo de glándula mamaria en el hombre).
Cuando estos cambios atribuibles a niveles bajos de testosterona se producen en el hombre adulto en forma lenta e insidiosa, y relacionados con el envejecimiento, hablamos de andropausia.
En la mujer, entre los 45 y 55 años se produce la menopausia, debido a que los ovarios  dejan de producir óvulos, y en consecuencia disminuyen los niveles de estrógenos y progesterona. Este cambio hormonal se puede manifestar con distintos síntomas: alteraciones en el período menstrual, calores, sudoración nocturna, dificultad para dormir, sequedad vaginal, cambios de humor, dificultad para concentrarse, disminución del interés sexual, cambios en el estado de ánimo (irritabilidad, depresión y ansiedad),  incontinencia urinaria, y dolores articulares.
Se debe realizar un estudio del eje gonadal femenino en mujeres con infertilidad y/o síntomas relacionados con falla en la función ovárica en forma más temprana de lo esperado.
Cuando en la mujer se presentan signos y síntomas de exceso de hormonas masculinas (conocido como hiperandrogenismo), se solicita un estudio hormonal para determinar la causa de este trastorno, que puede manifestarse por acné, piel grasosa, cambio en la voz, crecimiento de vello en exceso (vello oscuro y grueso en el área del bigote, mentón, mejillas, pecho, alrededor de los pezones, abdomen, glúteos, muslos), aumento del tamaño del clítoris, irregularidades menstruales o ausencia de menstruaciones, alopecia de patrón masculino.
* Cortisol: es una hormona producida en las glándulas suprarrenales, que afecta el crecimiento, la presión arterial, el sistema inmunitario, el metabolismo de grasas, hidratos de carbono y proteínas, el funcionamiento del sistema nervioso y la respuesta al estrés.
Existen enfermedades asociadas con exceso o déficit de cortisol, que ante la sospecha clínica pueden diagnosticarse o excluirse mediante pruebas específicas.
* Hormona del crecimiento (somatotrofina): Como su nombre lo indica, esta hormona regula el crecimiento así como muchos procesos metabólicos. El exceso de esta hormona puede causar aumento anormal en los patrones de crecimiento, llamados  acromegalia en adultos y gigantismo en niños.
El déficit de la somatotrofina en los niños puede afectar el crecimiento y en los adultos se presenta con síntomas inespecíficos como fatiga, falta de energía, mala capacidad de concentración, aumento de la masa grasa con pérdida de masa muscular y masa ósea, así como aumento de los factores de riesgo cardiovascular.

Por qué es importante realizarse un chequeo hormonal

Ante algún síntoma, una evaluación inicial por un profesional médico permite detectar muchos trastornos vinculados a alteraciones hormonales, siendo esta evaluación indispensable para que la determinación de laboratorio a solicitar tenga la suficiente sensibilidad y especificidad que permita arribar a un correcto diagnóstico.
Es importante señalar que muchas determinaciones hormonales deben realizarse bajo estrictas normas establecidas de laboratorio con el fin de que la interpretación de los resultados sea correcta, como por ejemplo: horario de toma de muestra, momento del ciclo menstrual, condiciones de reposo, medicación concomitante permitida, etc.

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