Los suplementos vitamínicos no previenen resfríos y gripes, no mejoran las defensas del organismo, no ayudan a combatir el cansancio y el estrés ni disminuyen enfermedades cardiovasculares o previenen el cáncer, afirmó Débora Szeinman, médica del Servicio de Medicina Familiar y Comunitaria del Hospital Italiano de Buenos Aires, quien precisó que se trata de "mitos" no respaldados por "ningún estudio o investigación seria".
"A pesar de su fama, los multivitamínicos tampoco mejoran la memoria, no disminuyen la mortalidad y tampoco engordan, porque no tienen calorías, por lo que se trata de mitos y no de realidades", apuntó.
La especialista consideró que no se debe "medicalizar" la vida y enfatizó que "no hay pastillas mágicas".
"La gente llega al consultorio y pide vitaminas por los más diversos motivos: por cansancio, falta de energía, dolores, para rejuvenecer o evitar enfermedades, pero la mayoría de las veces lo que hay que hacer es descansar y comer mejor, trabajar menos y llevar una vida saludable, en lugar de pedir soluciones mágicas", apuntó Szeinman.
La experta refirió que se toman esos suplementos vitamínicos porque "son muy publicitados y fáciles de obtener", pero "en muchas ocasiones lo que generan es un efecto placebo, donde el paciente siente mejoría porque está convencido de que las pastillas le hacen bien, pero no hay pruebas científicas de ello".
"Lo que sucede es que elegimos el camino más fácil, y además lleva mucho tiempo educar e informar a la población. Por lo general las consultas son cortas en el consultorio y lleva mucho tiempo explicar esto paciente por paciente, por lo que difundir es de gran ayuda", señaló.
Las vitaminas son sustancias orgánicas que están presentes en los alimentos y resultan imprescindibles para la vida. La mayoría no puede ser sintetizadas por el organismo, por lo que sólo se obtiene a través de la ingesta equilibrada de alimentos naturales.
Los requisitos mínimos diarios de las vitaminas no son muy altos, ya que se necesitan tan solo dosis de miligramos o microgramos. Tanto la deficiencia como el exceso de los niveles vitamínicos corporales pueden producir enfermedades que van desde leves a graves, e incluso la muerte.
"Hay dos grandes grupos de vitaminas: Las hidrosolubles, que se disuelven en agua y deben ingerirse cotidianamente porque no se guardan en el cuerpo sino que se eliminan con la orina, como las del complejo B y la vitamina C, y las liposolubles, que sí se almacenan en el organismo y por lo tanto hay más peligro de toxicidad porque no se elimina lo que sobra, como en el caso de las vitaminas A, D, E y K", puntualizó Szeinman.
Así, hay 13 vitaminas en los seres humanos, nueve hidrosolubles (las ocho del complejo B y la C) y cuatro liposolubles, que se consumen junto con alimentos que contienen grasa y se almacenan en el hígado y los tejidos grasos, por lo que no es necesario tomarlas todos los días.
Si se consumen en exceso (más de 10 veces las cantidades recomendadas) pueden resultar tóxicas: "Esto les puede ocurrir sobre todo a deportistas, que aunque mantienen una dieta equilibrada recurren a suplementos vitamínicos en dosis elevadas con la idea de aumentar su rendimiento físico, lo que es totalmente falso, así como la creencia de que los niños van a crecer más si toman más vitaminas de las necesarias", insistió Szeinman.
"Todos los alimentos tienen vitaminas, y si se lleva una dieta sana y variada se incorporan todas las necesarias para el correcto funcionamiento del organismo, por lo que no hacen falta los complejos multivitamínicos excepto en personas que padezcan trastornos digestivos severos y no absorban nutrientes, bebés no alimentados a teta, mujeres que busquen embarazarse, pacientes con by pass o aquellos que hacen diálisis, alcohólicos severos y veganos, para quienes sí traen beneficios", aclaró.
Y agregó: "En el resto de la gente el consumo de suplementos vitamínicos no es beneficioso ni perjudicial, ya que como tienen dosis bajas no generan toxicidad. Excepto aquellos que no están regulados, en general son seguros todos los que se venden en farmacias".
"Por lo tanto, podemos decir que excepto en los casos donde sí es necesario tomar vitaminas, en el resto se está gastando dinero en algo que el organismo elimina y no necesita si llevamos una vida sana", subrayó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario