21 enero 2016

Infertilidad femenina: causas más frecuentes

En la actualidad, las posibilidades y modos de ser madre son sumamente variados gracias a distintos recursos técnicos, médicos y legales como recurrir a la adopción. El 18% de las parejas presenta dificultades para concebir siendo el 40% de los casos por causas femeninas, otros tantos motivados en el hombre y un 20% debido a condiciones de ambos miembros de la pareja o por motivos desconocidos.
Existen algunas condiciones con mayor incidencia que pueden causar infertilidad en las mujeres, muchas de ellas con buen pronóstico si se adoptan las medidas médicas a tiempo y se continúan tratamientos específicos para cada persona.
Entre las más comunes figuran:
1.- Trastornos hormonales: Para diagnosticar este tipo de disfunción se realizan determinaciones hormonales en sangre:
· Hormonas tiroideas: regulan la función de la glándula tiroides y son de suma relevancia para la correcta evolución de la gestación. Se trata de la hormona estimuladora de la tiroides y la T3/T4.
· Prolactina: regula diversas funciones endocrinas y puede impactar también en el ciclo menstrual e incide especialmente la producción de leche materna
· Hipotálamo-hipófisis: son las encargadas de la regulación del ciclo menstrual denominadas hormonas folículoestimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH).
· Dentro de la evaluación hormonal se contempla lo que se denomina "evaluación de la reserva ovárica". Esto implica evaluar la cantidad de óvulos disponibles para desarrollar. Se solicitan las hormonas FSH; LH y estradiol (durante los días 2° a 4° del ciclo menstrual). También se determina la Hormona Antimülleriana que es una hormona que segregan los folículos ováricos (lugar donde se desarrollan los óvulos), y que refleja cuántos óvulos válidos tiene la mujer en los ovarios. La evaluación hormonal de la reserva ovárica se complementa con la realización de una ecografía transvaginal en los días 2–4 del ciclo para poder "contar" los folículos disponibles.
Para controlar este tipo de desórdenes es importante recurrir a los chequeos y mantener el tratamiento indicado con el propósito de equilibrar el sistema hormonal.
2.- Aumento o disminución desmedida de peso: Puede producir alteraciones en la liberación de las hormonas encargadas de la regulación del ciclo reproductivo. Por su parte, la obesidad puede desencadenar diferentes desórdenes hormonales como hipotiroidismo, exceso de estrógeno, resistencia a la insulina, entre otras disfunciones que causan períodos menstruales anovulatorios, lo cual conduce a la infertilidad.
3.- Celiaquía: Puede alterar la absorción de sustancias esenciales para el metabolismo hormonal y por este motivo es responsable de dificultades para concebir. Incluso, muchos síntomas relacionados con el ciclo menstrual y la infertilidad de la mujer son disparadores para descubrir la enfermedad. En el caso de las mujeres se presentan signos como menarca tardía, mayor tasa de abortos espontáneos, amenorreas secundarias.
4.- Útero y trompas de Falopio: Entre los factores uterinos encuentran los miomas que son tumores benignos y frecuentemente asintomáticos, pero deben ser controlados dado que pueden incrementar la hemorragia durante la menstruación, y complicar el embarazo y el parto. Estos son más comunes en mujeres en edad reproductiva y en la mayoría de los casos, pueden causar infertilidad. El riesgo depende del tamaño, del número y de la localización de los miomas. Para ello, la miomectomía sería la opción más aconsejable en los casos de las pacientes que se encuentren en edad fértil.
Otras alteraciones uterinas asociadas a infertilidad son las malformaciones, adherencias dentro de la cavidad uterina y pólipos.
En ocasiones las trompas de Falopio se encuentran tapadas (debido a eventos previos de infecciones pelvianas, cirugías, endometriosis, etc.), impidiendo de esta manera el contacto entre óvulos y espermatozoides.
5.- Endometriosis: Es una enfermedad, a menudo progresiva, en la cual islotes de mucosa uterina se implantan fuera del útero. El riesgo aumenta cuando la menstruación dura mucho tiempo o los ciclos son más cortos que 28 días. Puede ocasionar entre otras cosas alteraciones anatómicas importantes como adherencias pelvianas causando infertilidad.
6.- Síndrome del ovario poliquístico: Es una enfermedad en la cual una mujer tiene un desequilibrio de las hormonas sexuales femeninas, lo cual puede provocar cambios en el ciclo menstrual, quistes en los ovarios, y hasta dificultad para quedar embarazada.
7.- Reprogenética: Se estima que existen entre 6000 y 7000 enfermedades genéticas, responsables de la infertilidad de un 15% de los casos en varones, y 10% en las mujeres. En efecto, numerosas alteraciones genéticas relacionadas a trastornos reproductivos en hombres y mujeres infértiles afectan la fertilidad. Sin embargo, hoy en día se pueden estudiar con distintos tipos de tests: Predictivos, Presintomáticos, Géneticos preimplantatorios, entre otros.
8.- Trombofilia: Se manifiestan como una alteración en el equilibrio entre la formación y la destrucción de coágulos, lo que nos predispone a desarrollar fenómenos trombóticos, como la formación de coágulos arteriales o venosos, lo que genera dificultades en el desarrollo del feto y, hasta abortos espontáneos.
9.- Tabaquismo: Es un factor causante de infertilidad femenina con alta prevalencia. El cigarrillo puede ocasionar trastornos en la calidad de los óvulos, embriones y en la implantación.
10.- Maternidad diferida: Debido a los cambios sociales y profesionales actuales muchas mujeres difieren el embarazo a edades más avanzadas. Si bien esto no constituye un factor de infertilidad per se, es por todos conocido que a partir de determinada edad en la mujer (alrededor de los 35 años) la cantidad y calidad de los óvulos disminuye y por consiguiente los resultados reproductivos.
Actualmente la medicina reproductiva ha avanzado notablemente. La tecnología y los tratamientos contribuyen a un proceso más sencillo y cómodo para aquellas mujeres que atraviesan esta situación. Es importante la consulta con el equipo profesional para que guíe, acompañe y asesore a las pacientes en el camino hacia la maternidad que hoy en día ofrece mayores posibilidades.

Asesoró: Dra. Susana Kopelman, Directora Científica de CEGyR Medicina y Genética Reproductiva. MNº 75919.

22 diciembre 2015

Como no excederse en las fiestas

Con la llegada de fin de año comienza la época de reuniones y despedidas empresariales. Frente a esto solemos caer en la tentación de comer de más, beber una mayor cantidad de alcohol y perder la rutina alimenticia que llevamos en general.
Mantener una conducta ordenada sin perder la línea de lo que habitualmente consumimos no es imposible. Simplemente debemos saber qué elegimos para comer, cuánto, cuáles alimentos y, además, qué bebidas contienen menos calorías.
La noche de Navidad y fin de año particularmente suelen caracterizarse por estar llenas de comidas tentadoras y abundantes que luego generan culpa.
Lo primero que se debe hacer es tener una conducta responsable frente a las porciones. Ya con esto puede considerarse una primer parte de la tarea cumplida. Comer variado no está mal, pero el problema es cuando se realiza en exceso.
Las porciones chicas o que no superen la palma de la mano son las ideales para que se pueda “picar” y probar cosas ricas. En general tener un plato y servir allí la cena entera va a ayudar en esto. Levantarse varias veces para servirse o comer en tandas puede favorecer esta tendencia a comer de más.
Si se quiere llegar a la cena con el estómago medio lleno, un puñado de frutas secas una hora y media antes favorece la saciedad e impide comer de más.
Otra opción es la de acompañar las carnes o el plato principal con verduras y ensaladas. Comúnmente para estas fechas se consumen productos frescos o fríos por las altas temperaturas, las verduras son ideales frente a esto, ya que llenan y a la vez aportan pocas calorías.
En lo que a bebidas se refiere, lo recomendable es que durante la cena se tome algún refresco Light o sin azúcar si no se quiere consumir agua, de esta manera se compensa para poder brindar  con una copa de alguna bebida a elección. Esto no está mal ya que evita la ingesta de alcohol en exceso que aporta muchas calorías y genera retención de líquidos.
Luego del brindis, la mesa dulce puede ser una tentación peligrosa. El pan dulce, los budines, helados, confites, turrones y todas las variantes que hay suelen contener calorías en exceso. Al igual que la comida, lo ideal es tomar un plato de postre y poner aquellos alimentos que se quieren consumir. Es importante recordar que la comida “entra por los ojos” y muchas veces se tiende a servir más de lo que se quiere comer.
Poner porciones pequeñas va a ser de mucha ayuda, más allá de que contar con el gran aliado de las frutas secas como nueces, avellanas, almendras y castañas de Cajú, que si bien en cantidad poseen muchas calorías, tienen sin embargo nutrientes esenciales como omega 3. Un puñado de estos productos evitará que se coma de más y generan una buena sensación de “estar llenos”, saciedad
Tips de calorías de productos navideños:
· 1 rodaja grande de pan dulce: entre 300 y 400 calorías
· 20 gramos de turrón: 100 calorías
· 50 gramos de mantecol 260 calorías
· 14 unidades de frutas secas 100 calorías
· 1 copa de sidra 110 calorías
· 1 copa de champagne 130 calorías
· 1 botella de cerveza o vino entre 600 y 700 calorías
Sugerencias a la hora de armar un menú navideño con menor valor calórico:
· ensalada caesar
· ensalada capresse
· ensalada de hojas verdes con queso en hebras light
· ensalada waldorff con crema light
· matambre arrollado
· arrollado de pollo
· pechito de cerdo
· huevos rellenos (usar mayonesa light).
Las comidas que más calorías concentran son las que tienen crema o quesos de alto contenido graso.
Por último, bailar es una buena alternativa para bajar esas calorías de más. Mover el cuerpo va a ayudar a suprimir la sensación de pesadez, hinchazón y culpa al otro día.
Empezar el año llenos de energía es una buena alternativa para despedir el 2015 y comenzar el 2016.

(*): Asesoró la Licenciada Marcela Ciaño, Jefa de Nutrición de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina MN 1113.

Cirugía plástica: tres mitos sobre las desventajas de operarse en verano

por Roberto Martínez Rinaldi

Existe desde hace muchos años un mito en torno a las supuestas desventajas o complicaciones de someterse a una cirugía estética en verano. Es común escuchar hablar de las marcas permanentes que podrían quedar en el cuerpo por operarse en épocas de calor, o de resultados finales indeseados. Sin embargo, desde el punto de vista médico esto es errado.
Las posibles complicaciones, en cambio, no tienen nada que ver con los resultados que se obtendrán, sino con aquellas actividades que el paciente deberá sacrificar por unos días, justo en ese momento del año en el que dispone de mayor tiempo libre para disfrutar.
Entonces, si bien no existe ningún tipo de riesgo en torno a los resultados estéticos que se obtendrán, consideramos importante conocer algunos aspectos en cuanto a la recuperación de la cirugía, que sí puede cobrar relevancia, de manera tal de determinar cuál es el mejor momento del año para realizarla.
Debemos saber, sin embargo, que lo que para algunos es una desventaja –restringir ciertas actividades en el único momento libre en el año-, para otros se convierte en una ventaja -mayor tiempo para una buena recuperación-, y es por ello que siempre decimos que el momento ideal del año para operarse es muy relativo a cada persona.
En relación al punto anterior, el verano puede ser para algunos un momento ideal para la recuperación en el marco de un período relativamente tranquilo, y para otros puede ser la única opción en el año.
Tal es el caso de los abogados y los docentes, pacientes muy habituales en esta estación del año, quienes eligen las vacaciones de verano para pasar por el quirófano sin que se vean alteradas sus actividades habituales. Esto tiene que ver con la feria judicial y con el receso escolar aunque, en el caso de los abogados, el período ideal para la cirugía se extiende en general hasta marzo, que es cuando comienza el trabajo más fuerte.
De hecho, la mayoría de las pacientes que atendemos durante el año y que trabajan en estos dos rubros, suelen pactar con mucha anticipación su cirugía directamente para el verano, cuando dispondrán de un mayor y mejor tiempo de recuperación.
Pero, en paralelo a estas actividades concretas, es correcto decir que la estacionalidad se está perdiendo año a año. Esto tiene mucho que ver con el mayor acceso a la información y con los mitos que se han ido derribando a lo largo de los años.
Entonces, la cirugía plástica en verano está creciendo de la mano de dos factores principales: 1) La caída de ciertos mitos referentes a la incidencia del clima en los resultados; 2) La no disponibilidad de mucho tiempo a lo largo del año, y la elección de realizar la cirugía en verano, cuando el movimiento laboral cae en la mayoría de los rubros. A la par de esto existen profesiones como las antes mencionadas, que están condicionadas a pasar por el quirófano necesariamente durante el período vacacional.

Mitos

Como decíamos anteriormente, existen algunos mitos en cuanto a la estacionalidad de las cirugías plásticas. Aquí algunos de ellos:
1.- La Liposucción está contraindicada en verano, porque el cuerpo está generalmente hinchado por el calor y esto repercutirá en los resultados.
Este es uno de los mitos más habituales. El paciente debe saber que el resultado, en realidad, será exactamente el mismo que si se opera en invierno. El elemento que sí gana relevancia es el de las restricciones, ya que cualquier cirugía nos demandará un reposo mínimo, y la imposibilidad de tomar sol por algún tiempo, algo habitual entre los jóvenes. Una liposucción, por ejemplo, puede demandar –según el caso- de un mes a un mes y medio sin exposición directa al sol (tomar sol), aunque sin impedimentos para estar al aire libre. Por otro lado, el paciente debe usar una faja, y esto puede ser molesto en épocas de calor.
2.- La hinchazón de la zona operada puede extenderse por más tiempo en verano.
Este es otro mito. Lo cierto es que si el paciente respeta los tiempos del postoperatorio, la recuperación es exactamente la misma que en invierno. En cambio, si a la primera semana sale demasiado, se expone abiertamente al sol y frecuenta ambientes de mucho calor, entonces por supuesto que la inflamación tardará más tiempo en desaparecer. Pero si el paciente se cuida, está en su casa con aire acondicionado, la recuperación será la esperada.
3.- Si me opero en verano, me quedará la piel manchada.
Este es un mito a medias. Hay en esto algo de cierto y algo de mentira, pero esto no tiene que ver con la cirugía en sí sino con la responsabilidad de cada paciente. Luego del procedimiento, pueden surgir moretones en el cuerpo, por estar inflamada la zona. Si en ese momento la persona se expone abiertamente al sol (que no es lo mismo que estar al aire libre), esas manchas pueden llegar a quedar en forma permanente. Pero lo mismo ocurriría si se produce exposición al sol en pleno invierno, no respetando los tiempos mínimos recomendados. En otras palabras, esto no tiene que ver con el verano, ni con el calor, sino con el sol.

¿Cuántos días del verano debo perder?

En cualquier caso, se trate del verano o del invierno, se debe guardar un cierto reposo relativo. Hay que entender que el paciente no se está recuperando de una enfermedad, sino que su organismo está sano, pero igualmente hay un reposo moderado mínimo, tras lo cual se irán incorporando actividades paulatinamente.
Después de una semana de reposo moderado se puede estar tranquilamente al aire libre, pero no exponerse al sol por 20 a 30 días; incluso puede ser más en algunos casos. El tiempo dependerá del tipo de cirugía y de la evolución de cada paciente.
Por ejemplo, en el caso de una cirugía de nariz a las 48 a 72 horas se puede estar haciendo una actividad de oficina, un trabajo normal y tranquilo. En cambio, ni para esta ni para cualquier otra cirugía se podrá realizar actividad física por lo menos por 30 días.
En cuanto a la exposición al sol, esto depende de la zona que se ha intervenido. Volviendo a la nariz, en este caso a los 15 días de extraído el yeso la persona ya puede meterse a la pileta, pero también debe tener cuidados con el sol. En el caso de las prótesis mamarias, la exposición solar puede darse entre los 15 y los 20 días. La liposucción, en tanto, debe esperar un poco más, porque la zona intervenida es más amplia.

Menos estacionalidad

Es correcto afirmar que cada vez más personas se realizan cirugías plásticas en verano, como afirmamos anteriormente. Esto tiene que ver con que la gente ya no se fija tanto en la época del año sino en sus tiempos propios, en sus tiempos laborales. Y, en ese marco, muchas veces el verano es el momento de mayor tranquilidad para afrontar la cirugía y la posterior recuperación, sin la presión de volver rápido al trabajo en los casos de pacientes que no trabajan en relación de dependencia.
También debemos decir que los pacientes que se operan en verano suelen ser mayores que los que se operan el resto del año. Esto tiene que ver con la menor importancia que el adulto le da al no poder usar la pileta ni tomar sol por unos días, y con otras variables de tipo laboral. Los jóvenes preferirán en general otros momentos del año.
Existe otro factor que ha posicionada al verano como alternativa, y tiene que ver con que justamente a fin de año es cuando nos volvemos a poner la malla y nos encontramos con un aspecto indeseado. Y, ante la imposibilidad de esperar demasiado, las pacientes llegan hacia diciembre al consultorio buscando una ¨solución urgente¨.
Muchos, entonces, se van en enero de vacaciones, disfrutan de ese mes, y en febrero o marzo entran a cirugía para comenzar ya el año renovadas y que el verano siguiente no los sorprenda.

(*): Doctor (MP: 20.951 - ME: 8.237), especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva de la Clínica Gallia.

08 diciembre 2015

La hematología, el banco de pruebas de terapias innovadoras contra el cáncer

por Ana Soteras

Los cánceres de la sangre fueron el banco de pruebas de las terapias más innovadoras y han ido por delante de la investigación de otros tumores más prevalentes como los de mama o pulmón.
La facilidad de acceso a la enfermedad, a través del análisis de la muestra de sangre o médula, permite ir desvelando sus secretos biológicos y encontrar dianas terapéuticas para atacar a los distintos tipos de leucemia, linfoma o mieloma.
Y de esto quedó constancia, una vez más, en la reunión anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, por sus siglas en inglés) realizado en Orlando (Estados Unidos) y donde se vio cómo el desarrollo de anticuerpos monoclonales e inhibidores es imparable.
Las compañías farmacéuticas apuestan decididamente por estos anticuerpos e inhibidores, algunos ya con recorrido (como el rituximab), recién aprobados (obinutuzumab o daratumumab) o en desarrollo (midostaurina o venetoclax) que potencian la destrucción de las células cancerosas activando otras células inmunitarias o induciendo la muerte celular, intentando no afectar a las células sanas.
"Nos acercamos poco a poco al tratamiento no quimioterápico, ese es el futuro, a seleccionar a los pacientes y dar un tratamiento más eficaz pero menos tóxico", explicó Francesc Bosch, jefe del Servicio de Hematología del Vall d'Hebrón de Barcelona (España).
Pero todavía queda recorrido y ahora la tendencia es combinar estos fármacos con quimioterapia "para atacar diferentes frentes del tumor,y nada que ver con lo que pasaba hace tan solo cuatro años cuando hablábamos solo de quimioterapia", afirmó el hematólogo.
Linfomas (cáncer que afecta a los linfocitos o células del sistema inmune) y leucemias (cuando la médula ósea produce células anormales que se replican y no mueren, desplazando a las normales) van parejos en los avances en los tratamientos.
En la cita de Orlando se presentó un inhibidor, midostaurina, como una esperanza contra la leucemia mieloide aguda, la más grave, después de una década sin nuevos fármacos, o el obinutuzumab, que contribuye en la leucemia linfática crónica a eliminar gran parte de las células cancerosas.
En leucemia linfática aguda en niños se han producido avances en consolidación de técnicas inmunoterápicas, como resaltó el jefe del Servicio de Hematología del Hospital de Sant Pau de Barcelona, Jorge Sierra.
Pero el verdadero protagonista es el mieloma (un tipo de cáncer de médula ósea producido por un degeneración del ADN de las células plasmáticas) que pasó prácticamente de no tener tratamiento a contar con tres medicamentos innovadores aprobados en el último mes.
Fármacos que junto a nuevos biomarcadores de diagnóstico y respuesta terapéutica están revolucionando el tratamiento del mieloma. "Esto nos hace concebir muchas esperanzas" ante un cáncer prácticamente incurable, aseguró el presidente de la Sociedad Internacional de Mieloma, el español Jesús San Miguel.
El mieloma, precisamente, también fue objeto de estudio en terápia génica, una técnica todavía experimental que sustituye un gen defectuoso, y que dio resultados esperanzadores en un estudio en el que logró la remisión de la enfermedad en un paciente.
Pero no solo se habló en Orlando de neoplasias hematológicas, también la hemofilia o los anticoagulantes orales se analizaron en este congreso mundial.
Así, los pacientes con hemofilia A grave que desarrollan un inhibidor que rechaza el tratamiento contra la hemorragia es el grupo al que va destinada una terapia experimental profiláctica con un anticuerpo monoclonal bioespecífico que favorece la coagulación.
"Convertimos un paciente grave en moderado y controlamos la hemorragia, en un tipo de paciente con muy pocas opciones de tratamiento. Además, la administración será subcutánea y semanal y no intravenosa varias veces a la semana,por lo que se gana tiempo y eficacia", indicó el jefe de Hematología del Hospital de la Paz de Madrid, Víctor Jiménez Yuste.
En anticoagulantes orales, que sustituyan al tradicional Sintrom, los pasos se dirigen a encontrar nuevos neutralizadores que actúen como antídotos y a determinar subgrupos de pacientes para perfilar la eficacia de estos fármacos.

EFE.

02 diciembre 2015

Cáncer de mama antes de los 40

En Argentina, el cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer. Se estima que 1 de cada 8 mujeres lo tuvo, lo tiene, o lo tendrá.
El riesgo de padecer cáncer de mama crece con la edad, siendo muy raro antes de los 30 y aumentando significativamente después de los 40. Sin embargo, en los últimos años, los profesionales involucrados en el manejo de esta patología tenemos la percepción de que la edad de presentación del cáncer de mama es cada vez menor y que, en la actualidad, un número importante de nuestras pacientes son menores de 40 años.
Si bien en la Argentina aún no están disponibles los datos que puedan corroborar o rectificar esta situación, en todo el mundo se ha observado una tendencia creciente a desarrollar la patología antes de los 40 años.  Según los datos del Centers for Disease Control and Preventing de Estados Unidos (CDC), 4 de cada 1.000 mujeres de 30 años desarrollarán un cáncer de mama, y desde 1992 a 2004 se observó un aumento de 1,3% de la enfermedad por año. Los registros de cáncer europeos también confirman esta tendencia.
El 90% de las mujeres menores de 40 años con cáncer de mama son sintomáticas, es decir, consultan al médico porque puedan palparse un nódulo mamario o notan derrames por el pezón, u observan una retracción de la piel de la mama, entre otras causas. Esto indica que no hay detección temprana en la mayoría de los casos, dado que en general -a excepción de aquellas mujeres consideradas de alto riesgo que son sometidas a controles previos a esa edad- la primera mamografía, que es el método de diagnóstico por excelencia, se realiza después de los 40.
Los antecedentes familiares suelen ser el principal factor de riesgo, por ello este tipo de pacientes  inician los controles antes de los 40 años, con la incorporación de la resonancia magnética, además de mamografía y ecografía anual. Sin embargo, los factores involucrados en el desarrollo del cáncer de mama son múltiples: además de los hormonales – que suelen tener un impacto mayor después de la menopausia, podemos mencionar el sedentarismo, la obesidad, el consumo de alcohol y tabaco, entre otras variables.
Ante un diagnóstico de cáncer de mama antes de los 40 años, los tratamientos disponibles no difieren de los tratamientos indicados a mayor edad. La cirugía conservadora con radioterapia es un procedimiento seguro en mujeres jóvenes, aún en aquellas con mutaciones genéticas. En algunas ocasiones, puede ser necesaria una mastectomía con o sin reconstrucción, según la especificidad del caso.
Tampoco hay diferencias en cuanto a los esquemas de quimioterapia respecto de mujeres de mayor edad, aunque sí se presentan algunas diferencias en la hormonoterapia, utilizándose diferentes medicaciones según se trate de mujeres pre o postmenopáusicas.
Además de brindar apoyo psicológico y tratar de reducir el impacto de los tratamientos en la calidad de vida, tal como sucede con cualquier paciente que atraviese esta patología, uno de los factores a tener en cuenta muy especialmente en el manejo de pacientes jóvenes con cáncer de mama es la preservación de la fertilidad.
Ante estas nuevas estadísticas que se observan a nivel global, y que se reflejan en la práctica diaria de los especialistas en patologías mamarias, desde la Sociedad  Argentina de Mastología recomendamos a las mujeres sin antecedentes familiares de cáncer, realizarse la primera mamografía a los 35 años y consultar al mastólogo ante cualquier síntoma mamario, independientemente de la edad.
Las mujeres con antecedentes personales y familiares de alto riesgo deberán realizar seguimientos especiales de acuerdo al consejo de sus especialistas tratantes. Cabe recordar que cuanto antes detectemos la enfermedad, mayores son las chances de curación. Llevar una vida sana, realizar actividad física regularmente, disminuir el consumo de alcohol y tabaco, son pequeños cambios que podemos hacer a fin de disminuir el riesgo de cáncer de mama.

- Asesoramiento: Dra. María Eugenia Azar - MN: 80736 - Miembro de la Sociedad Argentina de Mastología.
- Lugar de Trabajo: Médica de Planta del Departamento de Mastología del Instituto Ángel H. Roffo.

30 noviembre 2015

Big Data: cómo extraer valor médico más allá del caos de datos en internet

Cómo extraer valor médico más allá del caos que generan los millones de datos sobre enfermedades y fármacos en internet, no siempre fiables o incluso peligrosos, es el objetivo de un proyecto europeo de "Big Data" sobre salud, del que habla su coordinador, Allan Hanbury, en una entrevista a EFEfuturo.
Este físico de la Universidad Tecnológica de Viena dirige una iniciativa de la UE sobre procesamiento automatizado de datos médicos en el marco del proyecto Kconnect, que involucra a una treintena de investigadores, y que está dirigido a la creación de servicios "web" que garanticen el acceso a información médica fiable y de calidad en la red.
Acreditar de forma automatizada "webs" con información médica fiable, favorecer el acceso de doctores a datos actualizados y fidedignos sobre avances sanitarios en distintos idiomas, procesar automáticamente el historial de pacientes de un hospital o agilizar la predicción de posibles efectos secundarios de nuevos medicamentos a partir de datos anonimizados son algunos objetivos del proyecto.
Hanbury, director de varios proyectos de envergadura sobre analítica "inteligente" de datos en salud, participó en Madrid (España) en unas recientes jornadas de "Big Data", organizadas por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación (Etsit) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Hanbury explicó a EFEfuturo que su grupo trabaja con varias fuentes informativas para su proyecto de "Big Data" en salud. En concreto, con datos de páginas de internet con información médica de calidad, publicaciones científicas y asimismo informes médicos de hospitales (donde se describen síntomas, previsibles patologías, tratamientos, etc).
La relación médico-paciente cambió drásticamente con la irrupción de internet, según el experto. De hecho, dos tercios de la población se informa sobre sus dolencias en la red antes de acudir al doctor, según un reciente estudio en Estados Unidos, recordó.
Por el contrario, hasta el 50 por ciento de los contenidos en internet sobre salud podrían estar bajo sospecha de ser inciertos o falsos, lo que agrava las alertas sobre la fiabilidad médica de los mismos, advertió.
Como parte del proyecto iniciado en 2010, con el compromiso de estar operativo en un año y medio, el equipo de Hanbury está desarrollando complejos algoritmos basados en el "aprendizaje automático".
Las soluciones en desarrollo permiten extraer datos médicos relevantes de páginas "web", y acreditar de forma automatizada si cumplen una serie de criterios para que puedan ser certificadas como plataformas de información fiable y de calidad.
Agilizar y mejorar las predicciones de posibles efectos secundarios de nuevos medicamentos son también objetivos del proyecto.
Se busca así complementar los resultados de los obligados ensayos clínicos, que no siempre delatan todos los posibles riesgos de un nuevo fármaco, por las limitaciones en la duración de las pruebas, y el número de pacientes involucrados.
De hecho, se refirió a un caso muy polémico de un tratamiento que disparaba la posibilidad de ataques al corazón. El problema no se descubrió durante la fase de ensayos clínicos y causó 26.000 muertes en cinco años antes de ser retirado del mercado.
El procesado de millones de datos en tiempo real ayuda a determinar patrones, modelos, tendencias y hacer predicciones de todo tipo, ha subrayado el experto.
Varias entidades colaboran con esta iniciativa europea: la ONG suiza "Health on the Net"; un hospital psiquiátrico en Londres asociado al King's College, el Departamento de Salud de Suecia y una pequeña empresa en el Reino Unido.
Según Hanbury, uno de los mayores desafíos del proyecto está en el procesado automático de informes en manos de médicos: no suelen ser fácilmente legibles dadas las prisas con las que habitualmente escriben los facultativos, quienes además utilizan muchas abreviaturas, que complican el análisis automático de los datos.
Otro reto es el idioma, teniendo en cuenta el alto número de lenguas con las que se trabaja en el proyecto, que son siete, incluido el español.

12 noviembre 2015

Qué vacunas necesitan los preadolescentes y adolescentes

Las coberturas vacunales en preadolescentes, adolescentes y adultos son bajas, incluso con inmunizaciones que deben administrarse por única vez o que están incluidas en el Calendario Nacional. Además, durante la preadolescencia se observa una mayor resistencia en niños y niñas a concurrir a la consulta médica. Por eso, es importante que los padres tengan conocimiento de cuáles son las vacunas recomendadas para esa etapa. Es clave consultar al médico y estar informados para evitar el contagio de enfermedades inmunoprevenibles, muchas de las cuales pueden tener serias complicaciones e, incluso, provocar la muerte.
Las vacunas que están dentro del Calendario Nacional de Vacunación son gratuitas en hospitales y vacunatorios del sector público, siempre que se administren en las edades señaladas; también pueden recibirse en el sector privado según indicación médica.

A los 11 años

· Hepatitis B. Si no hay antecedentes de vacunación, se recomienda iniciar o completar el esquema de tres dosis. Esta vacuna tiene recomendación universal en Argentina, es decir, está indicada para todos los grupos etarios.
· Sarampión, rubéola y paperas. Quienes no se vacunaron deben iniciar o completar el esquema  de dos dosis con la vacuna triple viral. Se administra para prevenir el contagio y complicaciones de estas patologías y puede incluso evitar las complicaciones en el embarazo.
· Meningococo. Este año la Argentina recomendó la incorporación oficial a su Calendario de la vacuna conjugada que protege contra la bacteria Neisseria meningitidis (A, C, Y, y W135) causante de la enfermedad meningocócica que puede dejar secuelas graves como sordera, amputaciones y llevar a la muerte. La recomendación contempla a los lactantes y a los adolescentes.
· Difteria, tétanos, pertussis. A esta edad se indica el refuerzo con la vacuna triple bacteriana acelular (Tdap) que previene estas tres infecciones graves. Los refuerzos cada diez años son esenciales, ya que la protección disminuye con el tiempo.
· Virus del papiloma humano (VPH). Se indica iniciar el esquema a los 11 años para prevenir esta enfermedad que causa más del 70% de los casos de cáncer de cuello de útero. Es importante completar el esquema.
· Fiebre amarilla. El refuerzo a los 11 años de edad sólo se indica en Calendario para quienes viven en zonas con alto riesgo de transmisión y recibieron la vacuna a los 18 meses de vida.

A partir de los 15 años

· Fiebre hemorrágica argentina. Se indica una dosis a residentes o trabajadores sólo en zonas de riesgo.

A partir de los 18 años

· Hepatitis B. Quienes no la recibieron deben iniciar o completar el esquema de tres dosis. Esta vacuna no sólo protege contra esta grave infección hepática, sino que también previene sus serias complicaciones: la cirrosis y el cáncer de hígado.
· Difteria y tétanos. Durante toda la vida se debe recibir un refuerzo cada diez años de la vacuna doble adultos (dT). Asimismo, este grupo puede considerar la vacuna Tdap.
· Sarampión y rubéola. Iniciar o completar esquema con la vacuna doble viral (SR).

Adolescentes con factores de riesgo

· Antigripal. Indicada para aquellos con diabetes, enfermedades respiratorias, cardíacas, insuficiencia renal crónica en diálisis, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos y trasplantados, personas obesas. Se indica una dosis todos los años.
· Neumococo. Hay dos vacunas: la polisacárida 23 valente (PPV23) indicada en adolescentes con riesgo de enfermedad invasiva por neumococo (enfermedades respiratorias crónicas, cardiopatías, diabetes, insuficiencia renal crónica, síndrome nefrótico, asplenia, inmunodeficiencias, cáncer); y la antineumocócica conjugada 13 valente que se indica a personas inmunocomprometidas, además de la 23 valente.

Vacunas opcionales

Hay inmunizaciones que, si bien no están incluidas en el Calendario y, por tanto, sólo se aplican en el sector privado, se aconsejan en esta etapa de la vida, ya sea para quienes no las recibieron oportunamente o para quienes tienen factores de riesgo específicos. Son las que protegen contra las siguientes patologías:
· Meningococo. La pueden recibir los adolescentes que no la recibieron previamente. La enfermedad se contagia entre personas y es más frecuente en comunidades cerradas como campus universitarios u otras residencias estudiantiles. También se indica esta vacuna a viajeros que se dirijan a zonas de riesgo.
· VPH. Para las mujeres entre los 9 y los 45 años para prevenir el cáncer de cuello de útero, de ano, vulva, vagina y ano; y los varones entre los 9 y 26 años para la prevención del cáncer de pene y de ano. La vacuna también previene la aparición de verrugas genitales.
· Varicela. Para todos los adolescentes sanos, si no se detectan anticuerpos antivaricela en análisis de sangre. Se indican dos dosis una vez en la vida.

(*): Asesoramiento: Dr. Daniel Stamboulian, MN 25441. Médico infectólogo. Presidente de Fundación Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI) y de Fighting Infectious Diseases in Emerging Countries (FIDEC). Expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología y de la Asociación Panamericana de Infectología.