Algo que se suele ignorar sobre esta enfermedad es que si una persona cae desde su propia altura, tiene un traumatismo leve o moderado y como consecuencia se fractura un hueso, debe de inmediato consultar a un médico porque se trata del factor de riesgo más importante para una segunda fractura. De hecho, una primera fractura incrementa de 2 a 5 veces el riesgo de sufrir nuevas lesiones óseas.
Esta enfermedad aparece con mayor frecuencia en mujeres posmenopáusicas y en personas de tercera edad de ambos sexos. Sin embargo, su desarrollo viene condicionado tanto por factores genéticos propios de cada organismo como por hábitos y conductas vividas desde la niñez.
Se estima que 1 de 4 mujeres posmenopáusicas con osteoporosis que han sufrido una fractura vertebral, sufrirán una nueva fractura (tanto vertebral o localizada en otra zona) en el plazo de un año. Adicionalmente, el riesgo de presentar una nueva fractura vertebral se incrementa en relación directa con el número de fracturas previas, independientemente de los indicadores de una densitometría ósea. Las mujeres con fracturas vertebrales tienen además menor expectativa de vida y una calidad de vida disminuida ya que este tipo de lesión provoca dolor crónico y limitaciones en actividades cotidianas. De ahí la importancia de acudir a la consulta médica para un diagnóstico precoz y el consecuente tratamiento preventivo.
Prevenir y curar
Para prevenir la osteoporosis se recomienda:
Una dieta saludable, equilibrada y rica en calcio y vitamina D. Por ejemplo con lácteos descremados y sus derivados, pescados, legumbres, frutas secas.
Evitar dietas para bajar de peso que impliquen “pasar hambre” ya que generan un desbalance metabólico.
Moderar la ingesta de bebidas cola, alcohol, sal, proteínas y fósforo.
· Realizar actividad física de manera periódica con ejercicios que contribuyan al equilibrio, la fuerza y la postura.
· Evitar el tabaquismo y, en el caso de los niños, evitar que sean fumadores “pasivos”.
En el caso de ya padecerla, es importante destacar que es posible curarse con excelente respuesta a la movilidad y minimizar el riesgo una nueva fractura brindando una buena calidad de vida futura a la persona afectada. Para ello es necesario realizar un tratamiento adecuado, primero local a cargo a un traumatólogo, y luego con un endocrinólogo quien buceará en las causas de esa primera fractura e indicará los pasos a seguir. Actualmente se dispone de tratamientos efectivos que demostraron reducir el riesgo relativo de fractura entre un 40 y 60%.
El tratamiento para prevenir nuevas fracturas comienza con diversas sugerencias sobre cambios en el estilo de vida como ser:
* Mantener una alimentación equilibrada y variada con frutas y vegetales frescos y alimentos ricos en calcio.
* Realizar actividad física que incluya ejercicios que contribuyan al equilibrio, la fuerza y la postura.
* Tomar medidas para diseñar una casa segura para reducir el riesgo de caídas. Esto se logra evitando el uso de alfombras y cables sueltos, contando con una buena iluminación en todos los ambientes, colocando dispositivos de agarre y antideslizantes en los baños y escaleras.
* Emplear dispositivos como bastones, andadores, protectores de cadera, y técnicas de “movimientos seguros” en actividades cotidianas. Es importante también que la persona use un calzado con taco ancho y suela antideslizante que brinde un buen apoyo y que realice controles visuales periódicos para la agudeza visual.
Por otro lado, se indica tratamiento farmacológico. Existe consenso entre la comunidad médica internacional sobre la indicación de antiosteoporóticos en pacientes con una primera fractura cualquiera sea su densitometría ósea. En la actualidad, existe una serie de opciones terapéuticas que, según se demostró, actúan rápidamente (en el término de un año), preservan la densidad ósea y reducen el riesgo de sufrir fracturas. Es importante que la elección del tratamiento se ajuste a las necesidades médicas y al estilo de vida de cada paciente.
También suelen indicarse suplementos de calcio y vitamina D que ayudan a prevenir la osteoporosis y a preservar la densidad ósea y la función muscular. Otro aspecto importante del tratamiento es el apoyo psicológico y emocional para aliviar la sensación de aislamiento y la depresión que sufren muchos pacientes con osteoporosis severa.
(*): Asesoró: Dra. Laura Maffei, directora de Centro Médico Dra. Laura Maffei. M.Nº 62441.
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