26 noviembre 2013

Fractura de la muñeca: diagnóstico y tratamiento

La muñeca, articulación que une el antebrazo con la mano, está compuesta de ocho huesos denominados "huesos del carpo" que están asociados al radio y al cúbito, los cuales componen el antebrazo. Cuando se habla de fractura de muñeca se hace referencia a la parte más distal del radio, por lo cual también se la conoce como "fractura del radio distal".
De acuerdo a distintos estudios realizados, esta lesión es la más frecuente en adultos: se estima que representa entre un 15 y 25% del total de las fracturas. Se manifiesta principalmente en mujeres mayores de 50 años a raíz de lo que se denominan traumatismos de baja energía, como pueden ser las caídas. Las mujeres con osteoporosis que se encuentran en la post menopausia tienen huesos más frágiles y esto favorece a que ocurran estas lesiones. Además, las fracturas de muñeca suelen ser comunes en adultos jóvenes a causa de traumatismos de alta energía, como por ejemplo accidentes de tránsito (caídas de moto o bicicleta) o aquellos causados por la práctica de algún deporte.
Cuando la muñeca se fractura, hay dolor, hinchazón y una imposibilidad parcial o total para mover la mano y la muñeca. Existen dos tipos de fracturas: las simples o estables y las inestables. Las primeras presentan uno o dos grandes fragmentos alineados. Las fracturas inestables, en cambio,  tienen múltiples fragmentos, los cuales tienden a desplazarse causando que la muñeca se tuerza. Algunas de estas lesiones pueden afectar la superficie de la articulación, comprometiendo el cartílago. En los casos en los cuales un fragmento de hueso atraviesa la piel, se habla de una fractura abierta. Si las mismas presentan infección, necesitan ser intervenidas quirúrgicamente de urgencia para disminuir los riesgos.
La alineación de los huesos una vez curada la fractura será determinante en la función posterior de la articulación. Si los huesos curan en una mala posición, puede haber limitaciones funcionales permanentes, así como desarrollo de artrosis y dolor.
El examen físico del paciente y las radiografías de la muñeca son necesarios para que el médico evalúe si hay una fractura y analice la posición de los huesos, con el fin de determinar el tratamiento más adecuado. Una Tomografía Axial Computarizada (TAC) puede ser útil para mejorar el detalle de los fragmentos de la fractura.
Los ligamentos, tendones, músculos y nervios también pueden ser dañados cuando se produce una fractura de muñeca. Estas lesiones pueden necesitar de tratamiento. Es importante estar alertas ante cualquier adormecimiento o entumecimiento en los dedos, ya que los nervios pueden resultar afectados.
El tratamiento depende de muchos factores: la edad del paciente, el nivel de actividad física, su profesión, el dominio de la mano, las lesiones previas y otros problemas médicos que son muy importantes al momento de una evaluación de la lesión.
Existen distintos métodos para estabilizar las fracturas: se pueden utilizar clavijas, tornillos, placas o elementos de fijación externa. Las placas y los tornillos son los métodos más utilizados en la actualidad. Se los utilizan para sujetar los fragmentos de hueso en su lugar y tienen la ventaja de permitir el uso temprano de la mano y la muñeca.
Una férula o un yeso pueden ser utilizados para tratar una fractura que no se encuentra desplazada. Por lo general, la inmovilización debe permanecer durante varias semanas. Dependiendo de la fractura y la capacidad de curación de cada paciente, el tiempo habitual es de 6 semanas. En otros casos, es necesaria la cirugía para corregir y alinear correctamente el hueso y/o para estabilizarlo evitando que aquellas fracturas inestables sufran nuevos desplazamientos.
Estas cirugías en general se realizan con anestesia local y en forma ambulatoria lo que significa que luego de un período de recuperación el paciente puede ser dado de alta. Una vez que la muñeca tiene la suficiente estabilidad, es necesaria la rehabilitación.
El tiempo de recuperación varía dependiendo de la gravedad de la fractura, lesiones asociadas y otros factores. A veces, puede tomar varios meses. Además, algunos pacientes pueden experimentar rigidez o dolor residual.
En ocasiones, puede ser necesario un tratamiento adicional o cirugía reconstructiva. La mejor prevención de esta secuela es el adecuado tratamiento inicial que es determinante para el futuro.

(*): Dr. Gabriel Clembosky, Médico Traumatólogo Especialista en Cirugía de Mano y Reconstructiva de Miembro Superior, MN 87527. Miembro de CLIMBA (Clínica para el diagnóstico y Tratamiento de patología de hombro, codo y mano de Buenos Aires).

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