19 junio 2009

(2º Parte) Algunos sonidos que nos agradan también pueden dañarnos

Los auriculares de botón que se colocan dentro del oído no son tan eficaces para evitar que se escuchen los sonidos del exterior como los cascos con almohadillas. Como resultado, se suele subir un poco más el volumen para ahogar los ruidos externos. Para empeorar aun más la situación, el elevado ruido de los auriculares se emite directamente en los oídos.
Hay investigaciones que no encuentran diferencias con respecto a las distintas marcas de reproductores de música o los distintos estilos de música y sus consecuencias.

En la mayoría de los casos, la pérdida de audición no aparece inmediatamente después de la exposición a altos niveles de ruido. Para los que escuchan música ahora, la consecuente pérdida de audición puede aparecer al cabo de diez años. Lo comprobamos en nuestra investigación: no hay jóvenes con hipoacusia en nuestra muestra, pero sí aparece en la población de entre 35 y 45 años.

Consejos para que no nos dañe el uso de auriculares. Para el uso de Mp3 y auriculares en general: Cuánto más pequeño es el auricular, más alto será el nivel de sonido soportado a cualquier volumen.

Algunos reproductores de música vienen con limitador de volumen, que evita que los niveles de sonido superen los 100 dB. No desactive este limitador.
Recuerde la regla 60/60: Los investigadores del Hospital Infantil de Boston recomiendan no usar jamás un reproductor MP3 a su máxima potencia. En su lugar, el volumen debería mantenerse a un nivel máximo del 60 por ciento y no debería usarse durante más de 60 minutos al día.

Al escuchar música en MP3, se debe tener en cuenta el volumen, el tiempo de escucha y el ruido de fondo si no se desea tener que enfrentarse a la pérdida de audición en el futuro.

Hay algunos ejemplos mundiales que van a la vanguardia de cuidados auditivos: durante varios años, el festival de música de Roskilde en Dinamarca ha estado trabajando en crear niveles más aceptables de ruido para el público del festival. En el festival de 2008, se le dio a cada uno de los 75.000 asistentes un juego de tapones con la entrada de admisión. Además, el festival de Roskilde establece los niveles límite de ruido en 103 dB en los dos escenarios principales. Sitúa los altavoces lo más alto posible, así el sonido puede llegar a los espectadores de las últimas filas sin que sea innecesariamente ruidoso para aquellos situados en las primeras filas. Exige que los descansos sean los suficientemente prolongados para dejar que la audición del público pueda darse el respiro adecuado entre un concierto y otro.

En nuestro país y concretamente en nuestra ciudad, existen normas que regulan el cuidado de la salud auditiva. Cuidados que no siempre se observan. Pero el problema y sus consecuencias, amerita que, por un lado, exijamos que las personas encargadas de los festivales sean conscientes de los problemas de audición para tomar las precauciones adecuadas para su público. Al mismo tiempo, como asistente a un festival cada uno debe tomar sus propias medidas para proteger su audición, como concurriendo a lugares ruidosos con protectores auditivos, y ubicarse lo mas lejanamente posible de los parlantes, y respectando la regla 60/60 en el uso de auriculares.

Teniendo en cuenta que una vez que se produce el daño por ruidos, es irreversible y sus efectos son permanentes.

Lic. Noemi Colacilli
Coordinadora de la carrera de Lic. en Fonoaudiología
Universidad FASTA Mar del Plata

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