(Parte I)
Entre el 6 y el 8 de noviembre se llevó a cabo en Roma un congreso internacional sobre consideraciones éticas respecto de la donación de órganos y tejidos, organizado por la Academia Pontificia para la Vida, la Federación Internacional de Asociaciones Médicos Católicos y el Centro Nacional de Transplantes de Italia.
Participaron destacados especialistas europeos y americanos que desarrollaron los aspectos éticos concernientes a la donación de órganos y tejidos.
El objetivo es instaurar en la conciencia de la sociedad una cultura de la donación de órganos que es cultura de generosidad y solidaridad, promoviendo la difusión de la donación de órganos entre los jóvenes y la formación continua de los profesionales de la salud en estas temáticas, a fin de que ellos sean los primeros promotores de la donación de órganos.
Bajo la premisa de que “Donar órganos es Donar vida”, tanto sea entre personas vivientes como donación de órganos cadavéricos, sabiendo que ellos son después de la muerte fuente de vida. La donación de órganos es también una responsabilidad del ciudadano para con la sociedad. Las campañas de donación de órganos deben superar el miedo y los prejuicios respecto de la donación de órganos, y concienciar a la gente de la historia de la transplantología, del significado de verdadero adelanto científico que desde los años 50 se produjo con los transplantes de riñón, corazón, hígado, páncreas, etc. Tomar conciencia del significado de la lista de espera, que nadie debería morir esperando un órgano y que recibir un órgano mejora la calidad de vida de las personas y hoy hay sobrevidas de hasta 38 años de transplantes de riñón, por ejemplo.
La donación de órganos es ofrenda de si mismo al servicio de la vida de otros, implica una solidaridad civil y un gran acto de amor. En este sentido el actor principal es sin duda la sociedad en su conjunto que debe generar en su seno una cultura de la donación de órganos. Esta cultura debe gestarse desde la escuela, para que la donación sea percibida como una realidad posible y probable y no como un evento dramático, no pensado.
Respetando el luto que para la familia significa la pérdida de un ser querido, acoger a la familia en el dolor y ofrecerles la oportunidad de donar los órganos considerando una triple perspectiva: 1. El paciente está verdaderamente muerto. 2. Se hizo todo lo posible por el paciente. 3. Garantizar el uso impecable del órgano donado y ser conciente de la oportunidad ética de la donación.
Donar órganos es ofrecer gratuitamente lo que hemos recibido gratuitamente, nuestro cuerpo.
Entre el 6 y el 8 de noviembre se llevó a cabo en Roma un congreso internacional sobre consideraciones éticas respecto de la donación de órganos y tejidos, organizado por la Academia Pontificia para la Vida, la Federación Internacional de Asociaciones Médicos Católicos y el Centro Nacional de Transplantes de Italia.
Participaron destacados especialistas europeos y americanos que desarrollaron los aspectos éticos concernientes a la donación de órganos y tejidos.
El objetivo es instaurar en la conciencia de la sociedad una cultura de la donación de órganos que es cultura de generosidad y solidaridad, promoviendo la difusión de la donación de órganos entre los jóvenes y la formación continua de los profesionales de la salud en estas temáticas, a fin de que ellos sean los primeros promotores de la donación de órganos.
Bajo la premisa de que “Donar órganos es Donar vida”, tanto sea entre personas vivientes como donación de órganos cadavéricos, sabiendo que ellos son después de la muerte fuente de vida. La donación de órganos es también una responsabilidad del ciudadano para con la sociedad. Las campañas de donación de órganos deben superar el miedo y los prejuicios respecto de la donación de órganos, y concienciar a la gente de la historia de la transplantología, del significado de verdadero adelanto científico que desde los años 50 se produjo con los transplantes de riñón, corazón, hígado, páncreas, etc. Tomar conciencia del significado de la lista de espera, que nadie debería morir esperando un órgano y que recibir un órgano mejora la calidad de vida de las personas y hoy hay sobrevidas de hasta 38 años de transplantes de riñón, por ejemplo.
La donación de órganos es ofrenda de si mismo al servicio de la vida de otros, implica una solidaridad civil y un gran acto de amor. En este sentido el actor principal es sin duda la sociedad en su conjunto que debe generar en su seno una cultura de la donación de órganos. Esta cultura debe gestarse desde la escuela, para que la donación sea percibida como una realidad posible y probable y no como un evento dramático, no pensado.
Respetando el luto que para la familia significa la pérdida de un ser querido, acoger a la familia en el dolor y ofrecerles la oportunidad de donar los órganos considerando una triple perspectiva: 1. El paciente está verdaderamente muerto. 2. Se hizo todo lo posible por el paciente. 3. Garantizar el uso impecable del órgano donado y ser conciente de la oportunidad ética de la donación.
Donar órganos es ofrecer gratuitamente lo que hemos recibido gratuitamente, nuestro cuerpo.
Dra. Julia Elbaba
Decana
Decana
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