La población de adultos mayores con diagnóstico de deterioro cognitivo (demencias, Mal de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, entre otras) está en permanente crecimiento. Conforme aumenta la expectativa de vida, resultando trascendente, contemplar la situación de los adultos mayores como ciclo biológico vulnerable.
La alimentación entendida como necesidad fisiológica de la persona humana y la nutrición concebida como determinante del estado nutricional de poblaciones y grupos colectivos; son aspectos básicos que deben ser conservados. Asimismo, se recomienda realizar la valoración nutricional como así también evaluar el comportamiento alimentario, es decir, la forma en que el adulto mayor se relaciona con el alimento y con la persona que administra la alimentación (cuidador formal / informal).
Es un hecho frecuente en demencias, que durante los estadíos avanzados de dicha enfermedad, los adultos mayores pierdan peso corporal. El rol del Licenciado en Nutrición, en este punto, es de fundamental importancia para coordinar acciones con el equipo de trabajo interdisciplinario en gerontología.
En junio de 2007, un equipo de Licenciadas en Nutrición, evaluaron 41 adultos mayores, con diagnóstico médico (obtenido de historias clínicas institucionales) de deterioro cognitivo con grado de gravedad en residencias geriátricas de las ciudades de Mar del Plata, Miramar y Santa Teresita. Los factores alimentarios analizados fueron: atención a la hora de comer; utilización de los cubiertos; reconocimiento del alimento y cuidador en sí mismo. Otro punto que se tuvo en cuenta se relaciona directamente con la consistencia del alimento. La mayoría de los residentes evaluados consumía al momento de la evaluación una alimentación de tipo procesada (papilla o puré) y el 71% de los pacientes estudiados necesitaba algún tipo de ayuda para los procesos de cortado, pinchado, utilización de utensilios. Surge aquí entonces, la necesidad de reflexionar en relación a la prestación nutricional y los alcances del ejercicio profesional del licenciado en nutrición en relación directa a la cantidad de horas asignadas para la supervisión semanal de las residencias geriátricas.
Es digno mencionar que a medida que se profundiza el daño cognitivo se complejizan los procesos alimentarios y, por ende, cobra relevancia la adaptación de la dieta al momento (estado evolutivo) de la enfermedad.
Según el estudio antes mencionado, los resultados obtenidos arrojaron que la Escala de Blandford es una herramienta diagnóstica de fácil aplicación, la misma permite evaluar el grado de alteración alimentaria en adultos mayores con deterioro cognitivo.
La finalidad principal de este trabajo de investigación fue inferir en la importancia de contar con cuidadores gerontológico formales y capacitarlos en la asistencia de pacientes de edad avanzada que cursan con trastornos cognitivos y enfermedades coadyuvantes donde la alimentación como proceso fundamental se muestra alterada y, es en esta instancia, en la cual los profesionales nutricionistas cobran protagonismo.
* Adaptado de: “La alimentación de los mayores con deterioro cognitivo ó demencias” (Correa, M.. Di Marco R,. Otero, Ma. Rocío)
La alimentación entendida como necesidad fisiológica de la persona humana y la nutrición concebida como determinante del estado nutricional de poblaciones y grupos colectivos; son aspectos básicos que deben ser conservados. Asimismo, se recomienda realizar la valoración nutricional como así también evaluar el comportamiento alimentario, es decir, la forma en que el adulto mayor se relaciona con el alimento y con la persona que administra la alimentación (cuidador formal / informal).
Es un hecho frecuente en demencias, que durante los estadíos avanzados de dicha enfermedad, los adultos mayores pierdan peso corporal. El rol del Licenciado en Nutrición, en este punto, es de fundamental importancia para coordinar acciones con el equipo de trabajo interdisciplinario en gerontología.
En junio de 2007, un equipo de Licenciadas en Nutrición, evaluaron 41 adultos mayores, con diagnóstico médico (obtenido de historias clínicas institucionales) de deterioro cognitivo con grado de gravedad en residencias geriátricas de las ciudades de Mar del Plata, Miramar y Santa Teresita. Los factores alimentarios analizados fueron: atención a la hora de comer; utilización de los cubiertos; reconocimiento del alimento y cuidador en sí mismo. Otro punto que se tuvo en cuenta se relaciona directamente con la consistencia del alimento. La mayoría de los residentes evaluados consumía al momento de la evaluación una alimentación de tipo procesada (papilla o puré) y el 71% de los pacientes estudiados necesitaba algún tipo de ayuda para los procesos de cortado, pinchado, utilización de utensilios. Surge aquí entonces, la necesidad de reflexionar en relación a la prestación nutricional y los alcances del ejercicio profesional del licenciado en nutrición en relación directa a la cantidad de horas asignadas para la supervisión semanal de las residencias geriátricas.
Es digno mencionar que a medida que se profundiza el daño cognitivo se complejizan los procesos alimentarios y, por ende, cobra relevancia la adaptación de la dieta al momento (estado evolutivo) de la enfermedad.
Según el estudio antes mencionado, los resultados obtenidos arrojaron que la Escala de Blandford es una herramienta diagnóstica de fácil aplicación, la misma permite evaluar el grado de alteración alimentaria en adultos mayores con deterioro cognitivo.
La finalidad principal de este trabajo de investigación fue inferir en la importancia de contar con cuidadores gerontológico formales y capacitarlos en la asistencia de pacientes de edad avanzada que cursan con trastornos cognitivos y enfermedades coadyuvantes donde la alimentación como proceso fundamental se muestra alterada y, es en esta instancia, en la cual los profesionales nutricionistas cobran protagonismo.
* Adaptado de: “La alimentación de los mayores con deterioro cognitivo ó demencias” (Correa, M.. Di Marco R,. Otero, Ma. Rocío)
Lic Romina Di Marco
PBA 041
1 comentario:
Muy buen aporte. Considero que la alimentación en los ancianos debe estar controlada por especialistas. La adecuada atención a personas mayores por parte de profesionales aumenta considerablemente su calidad de vida.
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