Diez años después de la adopción de la Convención Marco para el Control del Tabaco, fumar dejó de ser un hábito socialmente aceptable en una mayoría de países, que según nuevas estimaciones causa la muerte de más de la mitad de fumadores regulares.
Si hasta hace poco se consideraba que uno de cada dos consumidores regulares de tabaco moría por esta razón, las investigaciones más recientes indican que esa cifra estaba "subestimada" y que en realidad provoca la muerte de dos de cada tres fumadores.
"Esto representa más del 50 por ciento", dijo la responsable de la Secretaría de la Convención, Vera Luiza da Costa e Silva, en una rueda de prensa para evaluar el impacto que tuvo este instrumento legal, convertido en 2005 en el primero de alcance internacional en abordar un problema de salud pública.
Negociada bajo el auspicio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Convención fue una de las que se ratificó más rápidamente, con 180 Estados parte (el 90 por ciento de la población mundial) actualmente.
Da Costa confirmó que "hay mucho que celebrar" en la lucha contra el tabaco, pero también habló de grandes desafíos, como la necesidad de contrarrestar los esfuerzos de la industria tabaquera para no perder consumidores o ganar espacio en nuevos mercados.
Otra tarea pendiente es lograr que las autoridades de Finanzas y de Comercio de los países entiendan que deben incluir consideraciones de salud pública cuando negocian tratados de libre comercio.
Las cifras más recientes de la OMS indican que 6 millones de personas mueren cada año a causa del tabaquismo, una cifra que puede reducirse a medida que se cumpla el objetivo de reducir en 30 por ciento el consumo de tabaco en los países signatarios para 2025.
Los avances en ese sentido son desiguales, dependiendo de los países, aunque varios pusieron el listón muy alto, como Finlandia, Irlanda, Nueva Zelanda y varios Estados insulares del Pacífico, que apuntan a estar "libres del tabaco" (con una prevalencia de fumadores por debajo del 5 por ciento).
La responsable de la Secretaría de la Convención sostuvo que, en la última década, fumar dejó de ser un comportamiento aceptable y se observó una fuerte reducción del auspicio comercial y publicidad del tabaco, así como cambios en los paquetes de cigarrillos para introducir advertencias visibles sobre sus perjuicios para la salud.
De manera general, las fuertes regulaciones pusieron al tabaco al filo de la legalidad, opinó Da Silva.
"Se lo empuja a una situación... como la de algunas drogas ilegales que fueron puestas en la legalidad, pero con fuertes regulaciones".
La especialista se refería así al movimiento de legalización de la marihuana, que lanzó en 2013 Uruguay y que siguieron últimamente distintos estados de Estados Unidos y Jamaica.
Otro desafío que se presentó en los últimos años fue el aumento de la oferta de dispositivos electrónicos que permiten inhalar nicotina sin humo o de otras formas de consumo de tabaco, como las pipas de agua o narguiles.
En muchas regiones, el consumo de tabaco por medios distintos al cigarrillo forma parte de la cultura local.
En su última gran conferencia, celebrada el pasado octubre, los estados signatarios de la convención se mostraron de acuerdo en que es necesario regular el asunto de los cigarrillos electrónicos.
Decisiones en ese sentido se esperan, a más tardar, cuando vuelvan a reunirse a finales de 2016.
Los litigios que poderosas firmas de tabaco entablaron en distintos países contra las medidas para reducir el consumo forman igualmente parte del combate contra el tabaquismo, recordó Da Silva.
"Cada vez hay más amenazas y la industria del tabaco se vuelve más agresiva y sale de la sombra en sus intentos por encubrir todos sus esfuerzos para proteger sus productos", explicó.
Desde que la Convención fue adoptada, el 80 por ciento de países reforzó su legislación relacionada con el tabaco y el costo del paquete se incrementó una media de 150 por ciento.
Isabel Saco - EFE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario