Muy menudo observamos cómo personas mayores eliminan determinados alimentos de su alimentación diaria, deteriorando así su estado nutricional.
Es muy común escuchar que:
- “las carnes vacunas y blancas producen reumatismo”
- “Los huevos me causan problemas hepáticos”
Es muy común escuchar que:
- “las carnes vacunas y blancas producen reumatismo”
- “Los huevos me causan problemas hepáticos”
En este grupo etáreo necesitamos tener en cuenta la composición de la familia, sus características, la presencia de cuidadores formales o informales como así también el concepto alimento/alimentación dentro de la escala de valores a nivel grupal e individual. En casos donde evidenciemos ausencia del clima familiar, impulsará al paciente a reducir y simplificar sus comidas, o guardar preparaciones alimentarias y recalentarlas varias veces, lo cuál no es lo óptimo, mucho menos inocuo. Estos factores sumados al aislamiento y la soledad modelan un panorama preocupante desde el punto de vista nutricional. Si tenemos un anciano en la familia, entonces debemos estar atentos con su alimentación, si ha realizado cambios y/o disminución en su ingesta en el último tiempo; también si llega a aislarse, en especial a la hora de comer.
Ante la dificultad para tragar (disfagia), deberemos utilizar otro tipo de consistencias no muy “pastosas”, de buena digestión y temperaturas cálidas. Se recomienda en este punto consultar con un nutricionista y también fonaudiólogo si se trata de una disfagia más severa (secuela de algún daño neuronal).
En los ancianos que presentan bajo peso, contamos con una amplia gama de recursos de alimentos nutroterápicos que propiciarán el aumento ponderal del peso corporal o en otros casos, adecuarán la consistencia y composición alimenticia.
Lic. Romina Di Marco
colegiada n° 041
grupo educador S.E.N
colegiada n° 041
grupo educador S.E.N
No hay comentarios:
Publicar un comentario