El Consenso de Washington
Summers, Geithner, Volker y otros, sin dejar de mencionar a Alan Greenspan, son todos profesionales estrechamente ligados a la organización Bilderberg actuando de acuerdo al plan; demócratas y republicanos están en la misma longitud de onda. Sus acciones están fuertemente motivadas por las ganancias con un absoluto desprecio por la vida humana.
En 1991 en una nota al Banco Mundial firmada por Summers, y en relación con las industrias que polucionan el ambiente dice:
El Banco Mundial deberá alentar hacia los países menos desarrollados el traslado de las industrias que polucionan; ello fue justificado en base a los siguientes argumentos:
1) El costo de la polución que altera la salud depende del aumento de la morbilidad y la mortalidad. La cantidad de polución que afecta la salud debe ser promovida hacia los países donde los salarios son más bajos. La lógica económica aconseja como irreprochable la descarga de los desechos tóxicos en estos países.
2) Lamenta que muchas de las industrias que polucionan no sean transferibles hacia esos países, como el transporte y la producción de electricidad.
3) La demanda de un ambiente adecuado para la salud aumenta de acuerdo a la capacidad adquisitiva de los individuos. La inquietud sobre una sustancia que tenga una chance sobre un millón de provocar un cáncer de próstata, es mucho más elevada en los países donde los individuos tienen la posibilidad sobrevivir al cáncer de próstata, que en los países donde la mortalidad de los menores de 5 años es de más del 20 por mil.
La actitud de Summers influyó de manera fundamental en la política ambiental de EEUU que es uno de los pocos países que nunca ratificó la Convención de Basilea sobre exportación de desechos tóxicos.
Crisis asiática de 1997
Durante el año 1997 la especulación monetaria, instrumentada por las grandes instituciones financieras, se dirigió contra Tailandia, Indonesia y Corea del Sur. Si bien los acuerdos para salvar la situación fueron negociados oficialmente por el FMI, los grandes bancos de Wall Street, Chase, Bank of America, Citigroup y JP Morgan, y otros como Goldman, Sachs, Lehman Brothers, etc. fueron consultados sobre los acuerdos.
El Tesoro de EEUU conjuntamente con Wall Street y las instituciones de Bretton Woods jugaron un rol importante en estos acuerdos.
¿Está el Presidente Obama en el buen camino?
Nada más incierto al respecto. No puede haber solución constructiva si no se reforma el sistema financiero. Con gran preocupación podemos ver que los funcionarios elegidos para hacer frente a la crisis no son otros que los artesanos de la debacle económica.
Crisis financiera y Nuevo Paradigma de Salud de la OMS
Pero tal vez lo más preocupante y menos conocido de estos planes fue la introducción a nivel de la OMS en 1992 de un Nuevo Paradigma Ético que se llamó Nuevo Paradigma de la Salud. Estos cambios fundamentales fueron el resultado de presiones de los economistas e instituciones financieras a nivel de la OMS ya desde los años 70.
En el año 1978 en la Declaración de Alma-Ata sobre atención primaria de salud, una de las más importantes en salud de las últimas décadas, la OMS y la UNICEF decidieron que sería de básica importancia implementar un Nuevo Orden Económico Internacional que ayudara a reducir las desigualdades entre países ricos y pobres. Ello permitiría poner en aplicación la Salud para Todos en base a un desarrollo económico y social sostenible que proporcionara una mejor calidad de vida, lo que contribuiría a la paz mundial.
No obstante al año siguiente el doctor Kenneth Warren, funcionario de la Fundación Rockefeller y luego el propio Presidente del Banco Mundial Robert McNamara, consideraron el proyecto de Alma-Ata como utópico e irrealizable y propusieron para el interim una Atención Primaria de Salud Selectiva como alternativa para países en desarrollo. Esta propuesta constituyó la base de los objetivos del Nuevo Paradigma de la Salud.
Desde los años setenta, economistas, políticos y algunos científicos, argumentaron a nivel de la OMS sobre la necesidad de privilegiar el desarrollo económico en lugar de gastar en servicios de salud. Para ello era indispensable un cambio en el rol de los estados en cuanto a control de las actividades económicas y como proveedores de servicios de salud y educación a toda la población; dejar en libertad de acción a los mercados era fundamental.
Estos argumentos se centraron en que, como la mayor causa de enfermedades era la desnutrición, una economía floreciente para toda la humanidad, como la que se proponía en estos planes económicos, iba de por sí a reducir drásticamente la morbilidad y la mortalidad.
Los países emergentes endeudados y presionados por los artífices de estos planes aceptaron este compromiso sobre un Nuevo Paradigma de Salud propuesto por la OMS y cuyos objetivos fueron:
Determinar y jerarquizar las medidas prioritarias para atender las necesidades básicas para el desarrollo y luego elegir y poner en práctica las que sean compatibles con los recursos a mano y que tengan probabilidades de éxito.
En 1999 la OMS introduce el Nuevo Universalismo que reafirma el concepto de salud propuesto por el Nuevo Paradigma.
· La OMS urge cobertura para todos pero NO para todo
· Implementación se servicios de salud costo-beneficio
Esta nueva política sanitaria se puso en aplicación como parte integral de un Nuevo Orden Económico Internacional, pero no de acuerdo a las propuestas de Alma-ata sino a las del Banco Mundial de 1979, quedando la Salud para Todos reducida a salud para unos pocos.
Para la puesta en aplicación de estos planes se ha tergiversado el verdadero significado de términos como: derechos humanos, salud pública, epidemiología y discriminación. Aunque los términos sigan siendo los mismos su significación es otra, lo que ha sembrado una total confusión.
Debido a que los derechos humanos ya no son los derechos de todas las personas se suele utilizar selectivamente los derechos de las mujeres y los niños orientándolos hacia los fines mundiales dando recomendaciones muchas veces reñidas con la ciencia lo que los hace más vulnerables a la enfermedad y a la muerte.
Existen actualmente grupos de individuos de los países pobres que son a menudo utilizados en investigaciones reñidas con la ética y expuestos a enfermedades mortales sin que ello signifique ninguna responsabilidad.
Se dijo que estos planes por el momento tendrían por objeto mitigar la pobreza. Ello significa destinar la mayor parte de los recursos para el desarrollo económico en lugar de destinarlos para salud, educación y otros objetivos sociales.
Desde el principio fue claro que la verdad sobre estos cambios no debía ser conocida por la población que la sufriría. Fue por ello que nunca fueron tratados a nivel parlamentario de los países. Para implementar estas medidas se crearon programas engañosos en base a manipulación de la información y desconocimiento de la ciencia.
La globalización permite poner en aplicación estos planes a nivel mundial a través de las agencias de UN. Muchas de las decisiones que se toman a esos niveles no tienen en cuenta las necesidades de las poblaciones. Esta falta de transparencia genera muchas veces interrogantes en la ciudadanía que no alcanza a comprender como los políticos no cumplen con los compromisos de sus campañas políticas.
Curiosamente, todos los partidos políticos en los países, ya sean de izquierda,[5] centro o derecha, aceptan estos planes que cumplirán estrictamente al llegar al poder. Ello nos habla del
alcance e importancia mundial de estos planes; sin duda la democracia representativa ha ido perdiendo su rol.
En estos argumentos es indispensable también no perder de vista que una de las razones más importantes detrás de estos planes no es de origen económico sino la urgente necesidad de reducir drásticamente la población a nivel de los países más pobres a los que se acusa de poner en peligro el ecosistema.
Programas como los de Salud Reproductiva y legalización de abortos ocupan un lugar central en estos planes. Como así también la falta de atención sanitaria a los menores de 5 años que se considera están de más. Debido a esta situación surgen en estos momentos preguntas extremadamente preocupantes. Una de las cuáles se relaciona con la falta de prevención del VIH/SIDA. En la última conferencia internacional sobre SIDA se presentaron argumentos que no tienen en cuenta la salud pública, ni los conocimientos de la ciencia o las leyes sobre protección de la población sana. ¿Todas estas irracionalidades serían consecuencia de estos planes? Esta posibilidad angustiante es posible y en este caso toda la humanidad está concernida.
Para que los objetivos de este nuevo paradigma comiencen a ser puestos en aplicación es necesario que los recursos disminuyan. Es por ello que otra de las posibilidades actuales es que esta crisis financiera, minuciosamente orquestada, tenga por finalidad poner en aplicación los objetivos del Nuevo Paradigma a nivel de los países de altos ingresos; cada vez más a menudo se informa a nivel de estos países sobre recortes en los planes de salud.
Estos planes económicos mundiales no solo no mejoraron la situación económica de la población, como se prometía, sino que llevaron a una crisis financiera sin precedentes desde la segunda guerra mundial. Pero lo que es peor, causaron un verdadero desastre humanitario. Es extremadamente preocupante, que si bien se están proponiendo cambios de paradigmas económicos, nadie a esos niveles está hablando de un cambio de paradigma en salud.
Dra. María Isabel Pérez de Pio
Facultad de Ciencias de la Salud
Universidad FASTA
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