Bioética: Un desafío para nuestro tiempo

En la actualidad la Medicina sufre un proceso de deshumanización que la corroe, y pervierte la relación médico-paciente; haciendo que el paciente, pierda su protagonismo, pasan a ocupar el centro del acto médico los medios diagnósticos y terapéuticos, desdibujando el encuentro terapéutico absorbido por una concepción técnica, objetivadora y despersonalizante de la ciencia médica.

Deshumanizan la medicina también, la súper especialización y la tendencia a la atención médica en equipos, de igual modo que la socialización, la instrumentalización y otros reduccionismos de la que es objeto. El paciente, cae preso de ellos y se anulan sus derechos esenciales, como el derecho a la vida y en nombre de “sentimentalismos”, “piedad”, “calidad de vida”, y otros eufemismos se atenta contra ella.

Por otra parte, el modelo médico tradicional paternalista, donde es el médico quien toma las decisiones y el paciente las recibe pasivamente, ha entrado en crisis hacia el final del Siglo XX, el paternalismo transforma al paciente en mero espectador. Se originó así una profunda transformación en la relación médico paciente con el reconocimiento de la autonomía, la facultad de gobernarse a sí mismo, que volvió la relación médico –paciente, más franca y abierta, donde la dignidad de los pacientes es respetada.
El nacimiento de la Bioética ha contribuido a humanizar la medicina, y permite que tenga un significado auténticamente humano, logrando una medicina centrada en el paciente. Humanizar la medicina significa poner al paciente y a su enfermedad en el centro de cada acto médico y de cada política sanitaria.

La bioética, también promueve los derechos del paciente, tratándolo como una persona que sufre, que busca y necesita ayuda. En este sentido la instalación del discurso bioético en los centros de salud ha favorecido la humanización de la medicina y el respeto por los derechos humanos, tanto del paciente como de los agentes de la salud.

Monseñor Elio Sgreccia, define la Bioética “Área de investigación, que valiéndose de una metodología interdisciplinaria, tiene por objeto el examen sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y la salud, en cuanto esta conducta examinada a la luz de valores y principios morales” .
Esta ciencia que aplica una metodología interdisciplinaria, donde cada ciencia hace su aporte, analizando el hecho biomédico, integrando todos los aspectos y valores que afectan al hombre y a la sociedad. El fin es llegar a la verdad y obtener un juicio verdadero y valedero, evaluando si los actos biomédicos son lícitos o ilícitos.
Fue Van Rensselaer Potter, oncólogo, de los Estados Unidos, en 1970, el autor del nombre de Bioética, en su libro “Bioethics: bridge to the future”, en él expresa que el saber científico debe estar iluminado por valores morales. Desde los Estados Unidos, la bioética se ha difundido por todo el mundo.

La bioética se ocupa del análisis ético de los casos clínicos, que presenten dudas y controversias éticas. El primer paso en el análisis es conocer fehacientemente el hecho médico, siendo imprescindible la recolección de antecedentes de la historia clínica; el diagnóstico, los antecedentes sociales, familiares y circunstanciales del caso. Conocer las alternativas médico-asistenciales, identificar las responsabilidades de todos los actores involucrados.
La segunda fase implica analizar los valores éticos involucrados en el proceso, y la jerarquía entre ellos, considerando las opiniones de los involucrados, las dudas que genere el caso y las alternativas posibles, debidamente fundamentadas.

El tercer ítem es la toma de decisiones, se trata de valorar el hecho concreto y los valores éticos involucrados y cómo influyen éstos en las personas.
El seguimiento de un método permite evaluar si un hecho biomédico es lícito o ilícito, proporcionando una respuesta adecuada para solucionar problemas concretos y generar así un espacio de reflexión de estos temas de profunda significación humana