Los cambios climáticos no sólo pueden provocar resfríos y gripes; también pueden afectar la salud del cabello. En tal sentido en el invierno las bajas temperaturas y ciertas costumbres propias de esta época del año pueden dañarlo. La buena noticia es que podemos evitar que esto suceda y tener un pelo sano durante todo el año.
Respecto a las costumbres propias de la estación más fría del año, las que pueden afectan más directamente la salud del pelo son el uso de secadores de pelo y la utilización de gorras y sombreros. Además los cambios en la alimentación pueden ocasionar falta de brillo, sequedad, entre otros.
- Secador de pelo. Con la llegada del frío comienza a utilizarse con mayor frecuencia el secador de pelo, lo que significa una mayor exposición del cabello a temperaturas extremas de calor. Lo aconsejable es secar el cabello de manera natural a temperatura ambiente o apenas cálida. Se puede utilizar una toalla para sacar el agua residual. En invierno optamos por agilizar este proceso con el secador para evitar tomar frío al salir de casa, por eso si no tenemos tiempo para secarlo al natural y debemos usar el secador es aconsejable que lo mantengamos a una distancia de 20 centímetros del cuero cabelludo para minimizar los efectos del calor extremo en la zona capilar.
- Gorros de invierno. La utilización de gorros durante esta época del año puede tener consecuencias visibles en el cabello. Quienes usan habitualmente este tipo de accesorio durante el invierno verán que el contacto del mismo con el cabello crea electricidad estática, además puede producir mayor sudoración en el cuero cabelludo lo que puede provocar que el cabello del cuero cabelludo se vea graso y las puntas que quedan expuestas al frío, la lluvia y el viento se vean secas. Una recomendación es utilizar gorros que no estén muy ajustados al cuero cabelludo y por períodos cortos. También puede ayudar usar un pañuelo de seda entre el cabello y el sombrero para evitar que se encrespe el pelo.
- Alimentación. También puede cambiar durante esta época del año nuestra alimentación, con lo cual es bueno saber cuáles son los alimentos que nos ayudan a cuidar nuestro cabello para suplirlos. Una alimentación basada en vitamina A, B y C, zinc y hierro hace que nuestro cabello crezca saludable. Durante el invierno bajamos notablemente el consumo de alimentos como las frutas y verduras con lo cual es preciso reforzar la ingesta de las vitaminas y proteínas que estos alimentos nos dan y suplantarlo por otros alimentos que nos ayuden a lucir un cabello sano y brilloso.
Además, podemos mejorar el estado del cabello con cuidados especiales en el lavado y cepillado del mismo. Para esto es preciso desterrar primero el mito que dice que cuanta más espuma haga nuestro champú y más masajes capilares realicemos durante la ducha mejor nos hará a nuestro cabello. Esto no es así. Para que el pelo este sano es necesario minimizar cuanto sea posible el contacto con agentes abrasivos.
Es por eso que cuando elegimos el champú es bueno recordar que cuanta menos espuma haga, mejor es. Además hay que seleccionar el indicado según cada caso. Cada cabello tiene sus particularidades y hay que tenerlas en cuenta a la hora de elegir los productos capilares que se utilizarán. Existen champús para pelo graso, seco, teñido, con rulos, lacio o dañado por el calor, entre otros.
Consejos para el lavado del pelo
.- El champú y acondicionador deben aplicarse primero en las manos: de esta manera, se aprovecharán mejor los nutrientes de cada loción. En algunos casos, se recomienda la utilización de un champú neutro que le devuelva al pelo su Ph saludable.
.- La temperatura recomendada a la hora de lavar el cabello es la tibia: si el agua está muy fría o caliente, puede afectar el brillo y fuerza del cabello.
.- Un buen enjuague es muy importante: el cuero cabelludo debe estar completamente limpio, por lo cual hay que quitar todo resto de loción y acondicionador. La aplicación de los productos capilares se debe hacer desde la mitad del cabello hacia abajo y no directamente sobre las raíces. No deben quedar residuos de productos porque lo vuelven más opaco y quebradizo.
.- La frecuencia de lavado recomendada es de 3 a 4 veces por semana: aunque la cantidad de veces que una persona se lava el pelo depende de sus hábitos y costumbres, esta cifra es la ideal para evitar que pierda su aceite natural.
Luego de lavar el cabello, sacar el agua residual con la toalla y dejarlo secar a temperatura ambiente o con secador respetando la distancia mínima podremos cepillar el pelo. Esto nos permitirá darle forma al cabello, educarlo y al mismo tiempo nos dará espacio para conocer más nuestro pelo y nos ayudará a detectar, en caso que suceda, alguna anomalía. Para realizar el cepillado es aconsejable usar un cepillo de fibras naturales.
(*): Dr. Alejandro Chueco. Director Médico de Injerto Capilar Argentina. Miembro de la Sociedad Internacional de Cirugía de Restauración del Cabello (ISHRS). M.N. N°: 78349
No hay comentarios:
Publicar un comentario