El oscurecimiento de un área cutánea se denomina hiperpigmentación, y está ligado al aumento de melanina-pigmento responsable del color de la piel. Estas lesiones pueden ser localizadas o difusas y aparecer en cualquier sector del cuerpo. Sin embargo, la localización más frecuente se da en zonas fotoexpuestas como cara, dorso de manos, escote y antebrazos.
Los factores que generan la aparición de manchas hiperpigmentadas son variados, pero existen tres que actúan en forma significativa: el daño solar, la influencia hormonal y el envejecimiento cutáneo. Otras causas secundarias están relacionadas con el uso de ciertos cosméticos, el tabaco, factores genéticos, fármacos, deficiencias nutricionales o hepáticas y traumatismos en la piel tales como picaduras de insecto, depilación, o manipulación de lesiones de acné.
Entre los procesos más comunes podemos mencionar:
- Lentigos: Son manchas de pequeño diámetro, de color pardo claro, con superficie lisa y contornos netos, que aparecen en las zonas fotoexpuestas: especialmente rostro, el dorso de manos, escote, hombros. Se debe a exposiciones solares reiteradas y pueden observarse ya en gente joven.
- Melasma: Responde a 2 factores: un estímulo hormonal (embarazo, anticonceptivos, trastornos tiroideos u ováricos) y un estímulo lumínico especialmente dado por la exposición a los rayos UV. Se trata de una pigmentación del rostro, benigna pero que puede resultar muy poco estética. El melasma se observa sobre todo en las mujeres jóvenes (sólo 10% de los melasmas afecta a los hombres), especialmente de fototipos oscuros (III a VI) y, en particular, las mujeres de origen asiático, hispánico o norteafricano. Los contornos de las manchas son irregulares de color castaño claro a oscuro no homogéneo, la repartición de la pigmentación es simétrica ubicándose en las mejillas, la frente, las sienes, el labio superior y, en ocasiones, el mentón.
- Manchas actínicas: o también llamadas "de la edad", se presentan en personas mayores de 40 años y están relacionadas con el envejecimiento cutáneo, más el fotodaño.
- Pigmentaciones post-inflamatorias
Se trata de manchas residuales hiperpigmentadas que persisten después de la curación de algunas dermatosis inflamatorias como el acné, infecciones o procesos traumáticos como quemaduras. Son particularmente frecuentes en sujetos de fototipo oscuro y después de exposición solar.
- Reacciones fototóxicas
Algunas hiperpigmentaciones pueden ser causadas por la combinación de la luz solar y una sustancia química como perfumes o a algunos medicamentos.
Indicadores y prevalencia
En Argentina, las mujeres de más de 25 años comienzan a sentirse particularmente preocupadas por las manchas oscuras en la piel. Esta preocupación aumenta a medida que pasa el tiempo ya que, a partir de los 40 años, 1 de cada 3 mujeres se ve directamente afectada por esta condición.
La prevalencia del melasma se calcula en aproximadamente el 8.8% de las mujeres caucásicas. El 71% se observa en personas de fototipo III. Entre los factores de riesgo y su incidencia sobre la patología podemos mencionar: antecedentes familiares que se observan en el 34 %, embarazo 46%, exposición lumínica 89% y la ingesta de anticonceptivos 13%. Indudablemente la edad fértil es la más vulnerable, especialmente entre los 30 y 40 años.
En cuanto a otro tipo de hiperpigmentaciones, las manchas actínicas se relacionan con la exposición solar y el envejecimiento cutáneo, acentuándose con el correr del tiempo. Son más notorias en grupos etarios más grandes -especialmente por arriba de los 40 años- y los lentigos solares tienen que ver con la exposición solar, pudiendo ser observados en edades tempranas.
Como vemos la exposición solar y lumínica juega un rol muy importante en el desarrollo de las hiperpigmentaciones de la piel; el daño ocasionado puede ser prematuro en los primeros años de vida cosa que repercutirá en la adultez con la aparición de las mismas. Por lo tanto, es necesario realizar una adecuada fotoprotección desde niños. En cuanto a los adultos, el cuidado debe hacerse de forma permanente -tanto en verano como durante el invierno- utilizando productos adecuados al tipo de piel y al grado de exposición.
Fuente: Dra. Cristina Pascutto, Médica Dermatóloga. Asesora médica Laboratorios Pierre Fabre Dermocosmetique.
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