La espirometría es un estudio no invasivo, que puede realizarse tanto en niños como en adultos, y que mide con gran precisión la cantidad de aire que podemos inspirar y exhalar de los pulmones (o capacidad vital) como también la velocidad con la que el aire se mueve a lo largo de los bronquios (o velocidad del flujo aéreo). Para efectuarla se utilizan aparatos electrónicos que permiten una lectura e interpretación inmediata de los resultados obtenidos.
Durante el estudio el paciente debe estar sentado, con un clip colocado sobre las alas de la nariz para sellar el movimiento del aire por los orificios nasales, mientras respira con su boca a través de una boquilla adosada a un pequeño dispositivo que mide la velocidad del flujo aéreo. Luego se le pide al paciente que llene sus pulmones de aire al máximo y que sople a través del sensor expulsando la mayor cantidad de aire en el menor tiempo posible. Esta maniobra suele repetirse varias veces (no menos de tres ocasiones) para poder obtener valores aceptables y repetibles.
El tiempo total de la realización de la prueba oscila entre 15 y 30 minutos. Si el paciente es fumador se le pedirá que se abstenga de fumar 1 hora antes del estudio, como también se recomienda no ingerir una comida abundante y no realizar ejercicio físico intenso al menos desde 2 horas antes del test.
La espirometría puede ser solicitada con fines de diagnóstico y control evolutivo en las siguientes condiciones:
- Frente a un paciente que consulta por síntomas respiratorios tales como tos, catarro, silbidos en el pecho o falta de aire al hacer esfuerzos.
- En pacientes con enfermedades respiratorias ya diagnosticadas, como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) vinculada al hábito de fumar o fibrosis pulmonar, en quienes este estudio se realiza en forma periódica para controlar la evolución y valorar la respuesta al tratamiento instituido.
- Para conocer el estado de salud pulmonar en sujetos fumadores o ex fumadores.
- Para valorar el riesgo de procedimientos quirúrgicos, especialmente la cirugía torácica y la utilización de anestesia general.
- Para medir el resultado obtenido con distintos tratamientos, especialmente con los fármacos que aumentan el calibre de los bronquios (broncodilatadores).
- En la evaluación de personas que han estado o están expuestas a contaminantes ambientales o medicamentos que pueden afectar la función respiratoria.
- Para medir la repercusión de cualquier enfermedad no respiratoria sobre la capacidad pulmonar, como por ejemplo las enfermedades cardíacas.
- Para evaluar la condición respiratoria antes del ingreso a programas de rehabilitación o de entrenamiento y actividad física deportiva.
La espirometría permite conocer en pocos minutos y con gran exactitud el estado de salud funcional del aparato respiratorio, permitiendo prevenir, diagnosticar, evaluar el tratamiento y controlar la evolución de diversas enfermedades.
Asesoró: Dr. Juan José Rodríguez Moncalvo. Médico Especialista en Neumonología (M.N. 61755). Miembro de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR). Jefe del Laboratorio de Exámenes Funcionales Respiratorios del Hospital de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer dependiente del Ministerio de Salud del G.C.B.A. Médico Neumonólogo del Centro de Enseñanza Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC).
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